Contra Natura

Yo no acepto tu opción sexual. Ni sentimental. Me niego. Has elegido a una mujer bajo todo punto de vista repelente. Es fea, (o a ti te lo parece), pero le has hecho un hijo porque no quieres estar solo y pensaste que no encontrarías nada mejor. A tus ojos, es estúpida, es sosa, es maleducada. No tiene gracia, es celosa, te agobia. No te hace reír, no tenéis de qué hablar. Y, lo más importante, no la amas. Nunca lo hiciste. Te sentías solo. Querías un sitio calentito donde meterla. Sigues metiéndola de vez en cuando. Es tu mujer, al fin y al cabo. No la quieres, no, incluso la odias a ratos. Te sientes atrapado aunque no quieras pararte a pensarlo. Sigues pensando en tu primer amor, como tantos otros hombres. A veces piensas en todo lo que podrías haber hecho si no hubieras empezado con ella, o si la hubieras dejado antes.

Yo no acepto tu elección. Es falsa, es triste, es contra natura. Te follaste a aquel tío una noche y ya te lo quedaste. La costumbre tras lo agradable de la compañía resultaron buenos sustitutos del amor. No era tu tipo, y esa parte íntima Verdadera que hay en ti lo sabía. No te resultaba atractivo, en realidad, y era un poco bruto. No destacaba por su ingenio, pero, oye, era un hombre, TU hombre. Y estaba contigo. Te daba cierto status tener novio. No ser sólo tú por una vez. Vivir la ilusión de ser amada. Lástima que sólo fuera una ilusión. Era de prever. Te engañaba. Él con otras mujeres. Pero tú también querías engañarle. Tú le engañabas con sofisticadas escenas imaginarias y tonteabas con amigos sólo porque nunca te atreviste a más. Porque querías mantener la ilusión, el cuento del Amor que en realidad nunca fue.

Eso es lo antinatural. Eso es contra natura.

Lo natural, lo hermoso, lo deseable, es amar. Amar con Verdad, con veneración y con respeto absoluto. Con total identificación con el amado. Sabiendo lo que amas y aceptando y queriendo todo lo que es y todo lo que hace. O no. O amar de mil otras maneras diferentes. Pero amar o desear con sinceridad. Aunque sólo sea por una noche. Y aunque sea entre dos mujeres o dos hombres.

Vosotros, mujeres y hombres heterosexuales que no sabéis amar ni vivir y que os permitís el lujo de insultar y señalar con el dedo al gay, a la lesbiana, al bisexual, al transexual porque es diferente... Vosotros sois los enfermos. Y los anormales. Y los diferentes. Una parte de mí quiere compadeceros (pero no caeré en esa trampa) porque probablemente os habéis criado en un hogar antinatural, en una familia anormal. Quizás nunca hayáis visto a vuestros padres besarse ni demostrarse amor de ningún modo.

Me llamo Laura, soy heterosexual, y estoy muy enfadada. Muy harta de callar. Porque por mucho que hable nunca es suficiente. Porque parece que si eres heterosexual no es tu lucha. Pero hay que estar muy ciego y ser muy estúpido para no darse cuenta de que es una lucha por la libertad. De Todos. No sólo de mis amigos gays. Por la mía también. Yo podía haber nacido gay. Yo podría enamorarme mañana de una mujer. No sólo es la vida de otros. Es Mi vida. Se trata de la clase de sociedad que queremos construir. Se trata del tipo de mundo en el que quiero vivir y el que quiero legar a mis descendientes.

Si sois heterosexuales y pensáis que la lucha por los derechos de los gays no va con vosotros, estáis muy equivocados... Volved la cara hacia otro lado. Yo NO respeto vuestra opción. Me niego a respetar la estupidez, la mentira, la docilidad. Sois contra natura...